En septiembre de 2010, participé de la cobertura de la The Associated Press en lo que se llamó "Campamento Esperanza ", que no era otra cosa que un conjunto de carpas, en el mejor de los casos, levantadas en medio del desierto de Atacama, donde vivían los familiares de los 33 mineros que se encontraban atrapado al interior de la Mina San José. Allí se desarrollaban las actividades cotidianas: los niños jugaban, había cultos religiosos y se preparaban alimentos, mientras las autoridades y visitas ilustres iban cada tanto. Quienes trabajaban directamente en el rescate de los mineros hacían esfuerzo para avanzar y concretar la salida de estos hombres se encontraban atrapados a más de 700 mts. de profundidad por ya más de un mes.

You may also like

Back to Top